Begoña Vila Costas (Vigo, 1963) es una astrofísica viguesa especializada en el estudio de galaxias espirales. Actualmente reside en Washington DC, donde lidera un equipo compuesto por más de mil personas, y es una de las principales responsables del telescopio espacial James Webb, el que será el sustituto del Hubble.
Estudió en la USC y en el Instituto de Astrofísica de Canarias entre los años 1981 y 1986, para doctorarse después en el Centro Jodrell Bank para Astrofísicos de la Universidad de Mánchester en 1989. Además, trabajó para la Agencia Espacial Canadiense en el diseño y construcción del Fine Guidance Sensor (FGS), el sensor del famoso telescopio espacial James Webb. El FGS se le entregó a la NASA en 2012, momento en el que decidieron contratarla. Un año después, fue nombrada FGS lead systems engineer, o lo que es lo mismo: la persona de referencia en la toma de decisiones en relación al sensor.
También es miembro de la Ecusa-DC, la asociación que engloba a la comunidad científica española de las áreas de Washington DC, Maryland y Virginia. En 2016 recibió de la mano de la NASA la medalla al Logro Público Excepcional (Exceptional Public Achievement). La razón, «los años de logros excepcionales y liderazgo en el diseño, desarrollo y pruebas del FGS».
El FGS permitirá analizar exoplanetas y conocer cómo se formaron las primeras estrellas y galaxias tras el Big Bang. El telescopio espacial James Webb tiene las dimensiones de una cancha de tenis, está formado por 18 espejos protegidos por una capa de oro y está preparado para soportar temperaturas de 230 grados bajo cero. Con una resolución y una sensibilidad sin precedentes, su función será la de orbitar alrededor de la Tierra desde una distancia a la que jamás ha llegado la tecnología humana, 1,5 millones de kilómetros, desde donde comenzará una nueva etapa para la investigación espacial.
Podéis ver la entrevista completa aquí:
Hola Pablo y respetables. Programa éste muy interesante y recomendable.La verdad es que me pongo enfermo cada vez que que se desprecia a la ciencia hablando de los costes de determinado proyecto científico. ¿ Pero nadie se da cuenta de que esa cantidad monetaria no es un gasto sino una inversión? Todo cuesta mucho dinero, un Km. De autovía, una rotonda… y muy poca gente se lo cuestiona. Estos proyectos como es el caso de este extraordinario telescopio,no solamente tiene un valor científico enorme por lo que va a aportar de conocimiento a la humanidad, sino que es una oportunidad de aunar a las mejores mentes mundiales en ese tema durante muchos años, descubriendo muchas más cosas anexas (como ocurrió con el microondas, el velcro…). Además, un proyecto que dura tantos años y repartido entre tantos países, en realidad tampoco es tanta inversión, pero aunque lo fuera, estaría muy pero que muy bien invertida. ¿No crees Pablo?
Un fuerte abrazo.
Opino igual que tu. Lo de siempre: visión cortoplacista vs. largo plazo.
Un abrazo Jorge